Amarillo pajizo de lágrimas densas y muy glicéricas.
En nariz hay manzana compotada, infusiones de manzanilla y levadura.
En boca tiene paso aterciopelado con peso, sabor de fruta blanca, buena acidez y frescura.
Posgusto sostenido, con cierto borde de acidez vegetal que estimula la salivación.
Se fermenta en tinajas y se cría bajo velo de flor.
Sin duda, un vino distinto, muy rico y muy bien estructurado.
Catado el 12 de febrero de 2018
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