De baja intensidad aromática aunque no por ello menos expresivo. La fruta blanca ocupa un primer plano dejando atrás talco, notas herbáceas que recuerdan a la ortiga, fondo mantecoso y limón.
Presenta muy buen ataque, tenido y jugoso. Fresco y ligero después de ese primer impacto aparece en su perfil un punto alcohólico leve que para nada estropea el conjunto sino que más bien, lejos de muchas tendencias actuales, te recuerda que lo que estás bebiendo es un vino.
De sabor frutal, rico fresco y potente, se aleja al final de su camino de armonía con ese pequeño desajuste que le aporta el punto de alcohol aunque, personalmente me gusta, le suma garra, carácter y te abre el campo a posibles maridajes.
Retorna en boca la fruta blanca con detalles anisados y cierto aporte cítrico mientras ascienden al nivel superior notas herbáceas y pan tostado.
Catado el 9 de septiembre de 2019
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