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lunes, 14 de febrero de 2022

BODEGAS ALONSO














 El pasado sábado 12 de febrero visitamos Bodegas Alonso fundada en 2015 en el corazón de Sanlúcar de Barrameda y que nace a partir de la adquisición de los activos enológicos y el antiguo casco de Bodegas Pedro Romero S.A.

Así pues, esta bodega echa a caminar gracias a la pasión de dos hermanos, Francisco y Fernando Asensio,  procedentes del Arahal en Sevilla (uno de ellos ligado a bodegas El Urogallo  en Asturias), por detener y proteger todo el patrimonio que durante años había acumulado Pedro Romero. Con las antiguas soleras de manzanilla y otros vinos oxidativos, cuenta además con soleras de amontillados, olorosos y palos cortado de las bodegas también extintas Gaspar Florido y Fernando Méndez, ambas fundadas alrededor del S. XIX

En su interior encontramos dos zonas bien diferenciadas. La más moderna y luminosa data de 1800 donde se cría la manzanilla Velo  Flor, una manzanilla pasada con una vejez que ronda entre los nueve y diez años y de la que solo se embotellan  3500 botellas al año.

Anexo a este casco encontramos otra parte con techos más bajos y estructura conventual, más oscura y estrecha cuya datación es bastante anterior y en la que se encuentran las joyas de la corona.

Esta bodega saca al mercado solo 420 botellas al año de sus oxidativos , todos con una vejez promedio de más de 35 años. Las sacas que se realizan de sus soleras fundacionales son a demanda y se les estima una vejez que puede oscilar entre los 80 y los 120 años.

Esta bodega no realiza el tradicional sistema de soleras y criaderas dada la naturaleza única de cada una de sus botas, contemplando a cada una de ellas por separados. Se atreven incluso a experimentar y envejecer manzanillas en botas que han servido previamente para envejecer algún que otro oxidativo.

El guía que nos dirige por los entresijos que ocultan esos benditos pasillos se llama Fernando y se recrea en cada una de las catas sin soltar la venencia. Nos habla de historia líquida, de tiempos buenos y tiempos malos, del buen albero de Alcalá de Guadaira que estamos pisando,de puertos, viajes, nobleza y clero.

Fernando se lamenta del descontrol tan grande que existía en las bodegas en el siglo pasado y lo que darían ahora por tener un diario de bodega con registros más minuciosos de la historia de cada una de esas botas, de los problemas a los que se enfrentaron los antiguos capataces y de cómo pudieron solucionarlos.

Sin duda alguna, la visita es muy distendida y tal como ya nos advirtió, se convierte en una conversación alrededor de algunos de los mejores vinos del Marco de Jerez y, posiblemente del mundo entero.

Visita realizada el 12 de febrero de 2022


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