En nariz la moscatel de Alejandría te cautiva ya desde lejos con tenues notas de lichis y recuerdos de jazmín al fondo. Muy perfumado y expresivo, profundo e intenso.
Cuando el vino se atempera surgen otros aromas "menos naturales" aunque no son relevantes ni tienen protagonismo alguno.
Ya en el paladar, se mueve meloso, untuoso, delicado, sutil, ligero y fresco aunque porta cierta densidad. Quizá resulta algo rectilíneo pero es singular.
Si bien es cierto que tanto perfume puede saturar a algunos paladares, a otros en cambio puede cautivarlos muy fácilmente.
En el retrogusto reaparecen notas florales junto a notas que recuerdan a piel de cítrico y a notas herbáceas de las cuales algunas se reafirman en nariz.
Un vino divertido y muy primaveral.
Catado el 14 de marzo de 2019
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