Coloración muy ténue pero muy atractivo.
Su nariz aparece perfumada de fruta roja fresca, con cierto punto lácteo y goloso que recuerda a un petitsuis de fresa y a un chupachups Koyak adornado todo de un fondo de pétalos de rosa silvestre. Realmente cautivador.
En boca es muy amplio y estimula todo el mapa lingual con cierta intensidad. De un sabor muy frutal quedando al final tenues notas licorosas que le confieren cierto carácter y lo hacen más atractivo. En boca se percibe cierto peso y su acidez lo dota de ligereza resultando un vino fresco y bien estructurado, con buenas sensaciones de principio a fin.
Retornan notas de hierbas silvestres que alargan su sabor un instante más.
Sin duda, es uno de los mejores rosados que hemos catado de la añada 2018 hasta el momento.
Catado el 7 de julio de 2019
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