Color amarillento con tonos ocres formando lágrima.
Nariz cremosa, con notas de manzana asada, notas sutiles de flores blancas, talco y bollería con azúcar avainillada.
En boca es realmente espectacular, aterciopelado y untuoso, llenando la boca de un rico sabor de fruta y notas de hierbas aromáticas. Cierto encaje salino sobre un punto mineral le aportan mayor atractivo si cabe. Tiene pinta de haber mejorado en botella, armonizando su acidez y llenando de complejidad y matices su amplio crisol aromático.
Al final de su recorrido repunta un leve amargor entre flores de infusión y heno, alargando su paso en un postgusto con cierta persistencia; elevando notas de hierbas aromáticas y pegamento.
Un albariño por completo distinto a los que conocíamos.
Rico y elegante con un porte original.
Catado el 21 de diciembre de 2018
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