En nariz destaca la fruta de hueso sobre un fondo de infusiones y notas de tiza posiblemente provenientes de la tinaja donde envejeció así como las notas cítricas propias de la variedad.
En boca es muy suave y graso, amplio y muy fresco. Su sabor recuerda mucho a albaricoques, ciruelas y calabaza.
Retornan tras un leve golpe de amargor notas silvestres.
Muy rico y recomendable este vino, no sólo por la originalidad de su color o de su crianza sino por sus sensaciones y su sabor.
No es la primera vez que lo probamos y probablemente no será a última.
No es la primera vez que lo probamos y probablemente no será a última.
Catado el 11 de abril de 2020
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