Amarillo pajizo, buen aspecto y dentro de lo habitual. Limpio y brillante a más no poder.
En su aroma destaca mucho lo cítrico sobre la fruta, ésta de corte tropical con cierto punto lácteo, notas herbáceas y florales.
En boca la acidez se viene arriba aún más entorno a un sabor a fruta blanca aportando una frescura casi desmedida. Con cierta densidad se muestra más que ligero, fugaz. En su recuerdo deja una estela de notas herbáceas y retoma algo de ese punto tropical que encontrábamos al principio.
Aunque lo recordábamos mejor en añadas anteriores, este albariño necesita tiempo en botella para templar su acidez algo desbocada y ganar armonía. No obstante está rico y es una buena opción.
Catado el 14 de septiembre de 2018
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