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martes, 20 de marzo de 2018

MATALIÁN 2017

Del mismo color que un fino de la misma bodega, amarillo pajizo con destellos dorados, brillante y limpio; glicérico, languidece en lágrimas fortuitas lentas y definidas
Nariz de zumo de manzana, punto floral, notas herbáceas, ciruela amarilla y tiza al fondo.
A copas pasadas y ya a temperatura ambiente, el aroma sigue regalando ese zumo de manzana y aparecen interesantes y sutiles aromas secundarios de frutos secos silvestres (bellota y castaña), una pasada.
En boca es untuoso, con cierta densidad que no esperas y sabor frutal con anhelos de mosto.
Una acidez muy bien temperada sostiene la estructura de este blanco tan de su tierra y tan original.
Postgusto con buena persistencia, de compota de manzana y componente herbáceo que quedan también prolongados en el recuerdo.
En este vino se funde la albariza y la frescura, de aromas más imprecisos en sus primeros años actualmente ha perfilado su estructura y se ha vuelto muy cautivador; esa manzana se ha convertido en un leit motiv que invita a parar el tiempo y deleitarse.
Nos ha gustado mucho.


Catado el 16 de marzo de 2018

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