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domingo, 1 de abril de 2018

TRICÓ 2015

Amarillo pálido y tan glicérico como un jerez a decir por la densidad de sus lágrimas.
En nariz sus aromas se alejan de aquellos más juveniles que podemos encontrar en albariños de uno o dos años cargados de fruta fresca y un potente armazón cítrico. En cambio en este, encontramos otros más evolucionados, con un centro de fruta escarchada decorado de mantequilla, fruta de hueso, goma de borrar y fundido a la perfección en todo lo demás, un sutil encaje cítrico.
En boca es muy graso, extremadamente jugoso y expresivo, denso y de una acidez afilada que atrapa tu atención si eres asiduo a esta variedad y que hace que la copa casi no la sueltes de la mano hasta acabar la botella entera. Rico y fresco a más no poder.
Con un postgusto muy frutal más largo que el de la mayoría de los de su especie, devuelve en nariz a modo de recuerdos notas herbáceas y fruta de hueso prolongando su jugo en tu boca.
Filos salinos se conjugan con la fruta para realzar su sabor, potenciado por una acidez notable que resurge de la nada y te hace salivar desde el minuto uno. 
 Una buena opción sin duda, ahora que el albariño y las Rías Baixas están de moda.

Catado el 28 de marzo de 2018

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