En nariz, con intensidad media, fruta madura ( fresón y mora) con adornos especiados, tostados y lácteos. La evolución es positiva y desenmascara los aromas volviéndose cada vez más franco.
En boca es sublime, de entrada muy suave, deshaciéndose toda la fruta como si se derritiera en la boca, muy fresco a pesar de su crianza (doce meses en roble francés).
Sus 14,5 grados se integran a la perfección y nos engañan.
Con un posgusto rico y gustoso deja recuerdos de mora y notas anisadas.
Muy recomendable.
Catado el 5 de febrero de 2017
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