De color picota oscuro con ribetes castaño, muy torpe de movimiento y con lágrimas densas y escasas.
Nariz rica en aromas terciarios, aquellos que robó a su barrica: tostados abundantes, cacao, cuero, café, coco y casi luchando por aparecer, fresones maduros. Muy expresivo y con intensidad media lo cual, tratándose de este perfil aromático, es de agradecer.
En boca es de entrada sedoso y gana amplitud milímetro a milímetro. La fruta en su sabor se ve realzada por un aporte especiado que deja recuerdos de regaliz y cereza. Más tarde retornarán estos mismos aromas y sabores junto a notas de mermelada de ciruela.
Su acidez propia de los tintos atlánticos, realza los tonos especiados y su centro frutal.
En nariz deja recuerdos mentolados de cardamomo y espino verde. Complejo, rico y equilibrado.
Nos ha gustado mucho y dudo que se le pueda pedir más a un tinto de 5 €.
Catado el 14 de octubre de 2018
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