En nariz asalta un frente de notas de tabaco negro, fruta muy madura (recuerdos de pan de higo), regaliz, mina de grafito y fondo de pedernal.
En boca presenta mucho cuerpo (como buen toro), paso sedoso, muy amplio y carnoso.
Muestra algo de astringencia al final de su recorrido y una tanicidad levemente marcada recreando sensaciones dulces.
En su sabor se percibe la madurez de la fruta junto a notas de cereza y licor.
Retorna mucha fruta y un fondo balsámico.
Un vino sin mayores pretensiones aunque mucho más refinado y equilibrado que un Toro tradicional . Rico.
Catado el 21 de marzo de 2020
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