Tras dejarlo respirar un poco atrapa con facilidad nuestra nariz con un centro disputado entre fruta roja muy madura y caja de Habanos. Más atrás y poco a poco, van desfilando matices variados entre los que encontramos notas de toffe y cacao, frutos secos silvestres, hojarasca, regaliz, pimienta de Jamaica,... dejando un fondo de eucalipto con notas arcillosas.
Tras un paso en boca amplio y con cierto volumen, encontramos un ataque potente que no desbocado. En su sabor se recrean sensaciones dulces con recuerdos de fruta macerada y tinta. Jugoso y con fondo balsámico; reapareciendo, al final, los finos tonos de eucalipto que encontrábamos en su aroma.
Intenso y potente en sus formas, con poca rugosidad tánica y buena acidez, derrochando juventud en su ímpetu y con un buen equilibrio en los aportes de la madera.
Retornan tras un buen recorrido notas especiadas y balsámicas a la vez que reaparece la fruta y recuerdos de tinta. Mientras tanto, asciende a la nariz ese punto balsámico que aparecía en todas las fases anteriores de la cata.
Nos ha sorprendido lo bien integrado que están esos 15,5% y a la vez, lo fresco e impetuoso que resulta en boca.
Un vino muy rico que posiblemente tenga un largo recorrido en botella aún. De este merece la pena guardar varias botellas y descorcharlas sin prisa.
Catado el 17 de enero de 2020
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