MATALIÁN 2016

Matalián se presenta como un blanco joven de palomino y albariza pero, en vista de su evolución hasta el momento, encontramos en él todo un elogio a la tierra que lo vio nacer y un piropo hacia todo lo que evoca esa tierra en el corazón de su creador.
Con una nariz bastante compleja que cada vez recuerda menos a sus hermanos, perfuma la copa con notas de fruta blanca y tropical, con recuerdos de cáscara de cítricos más cercanos a algunos albariños del Salnés que a un vino producido en una bodega del Marco de Jerez.
Tras una apariencia sencilla y sin más pretensiones, en boca se muestra jugoso y ligero, mostrándote ahí la fruta y la tierra de la que procede, la acidez marca un centro frutal decorado con notas arcillosas o de talco procedentes de la albariza, su otra madre.
Una vez que termina su paso en boca presenta en su sequedad cierta similitud con los finos de la zona y en su frescura lo hace grande y original.
Sin duda una apuesta arriesgada fruto del tesón y el sueño de un enamorado de su tierra.

Por si fuera poco, lo hemos acompañado de una ventresca de atún en conserva con morrones en uno de los mejores sitios para catar vino y cerveza en Cádiz, donde cualquier momento por breve que sea puede ser una aventura gastronómica de alta gama a bajo coste. Un bastinazo como se dice aquí.
Si pasáis por Cádiz no dejéis de pasar por el Tinoco donde te tomes lo que te tomes...
Siempre te sabe a poco.

Catado el 28 de enero de 2017