TERRALBA 2017

Nos enfrentamos con curiosidad a este blanco joven trebujenero.
Sin duda alguna, después de haber tenido la suerte de probar algunos mostos de la mano de sus elaboradores y bajo las reseñas magistrales del amigo Juán Jerónimo Timmermans en Trebujena en su, cada vez más afamada fiesta de los "Garbanzos como conejos" es muy fácil dejarte cautivar por un vino que ha tenido allí su cuna.
Lo primero que llama la atención de este Terralba es su color amarillo dorado, distinto a los tonos pajizos de las manzanillas que se elaboran más al sur con la misma variedad y quién sabe si con el mismo mosto. A la vista plantea densidad y lagrimea torpemente. Además, es algo turbio por lo que deducimos que los filtros usados han respetado mucho su esencia y, para rematar la faena, aguja; quizá poco integrada en el conjunto y quizás con una burbuja algo mayor de lo habitual, se vuelve muy atractiva en boca y se liga a las sensaciones producidas por su jugosidad y frescura potenciándolas y cargándolo de atractivo. Ideal para comer con él ya que envuelve los alimentos y se armoniza con ellos. 
En nariz nos asaltan aromas varietales de manzana, fondo cítrico y levadura, mosto y albariza, todo perfumado de flores silvestres.
A estos aromas posteriormente y sin perder esa aguja, encontramos tenues notas de repostería y algunas hierbas aromáticas con un armazón de la misma manzana asada que solemos encontrar en muchos cavas.
En boca es rico, desenfadado, frutal y muy fresco. En su sabor se vuelve a percibir la manzana dejando un postgusto rico y fresco con punto herbáceo.
Uno de esos vinos que aparecen de vez en cuando de la mano de un experto que te lo recomienda y te descoloca, quedándote con su cara y augurándole una buena trayectoria. 

Muuuuuuchas gracias Ernesto¡¡
Rico, fresco y muy original, ideal para el buen tiempo y para tomarlo alrededor de los 10ºC.
Cosas así o mejores no se encuentran en cualquier sitio. 
Catado el 5 de mayo de 2018