Color cereza con ribetes violáceos, capa media y lágrima densa.
En nariz abunda en aromas provenientes de la crianza, así pues en un entorno amaderado con notas ahumadas, de cuero y pimienta blanca encontramos fruta roja madura, ciruelas pasas, grosella y espino verde; detrás de este compendio y solapados a estos aromas aparecen pétalos de rosa y repuntes minerales.
En boca recuerda más a una syrah que a una garnacha posiblemente debido a la variedad de garnacha o quizá a la edad de las cepas. De sabor es frutal donde la madurez de la crianza la macera y decora con cacao, moras, ciruelas pasa...
Una acidez bien marcada toma protagonismo y sostiene el conjunto en un postgusto prolongado en el que resurge esa ciruela enfatizada con notas especiadas en un medio casi mentolado.
Su tacto en boca es correcto si bien al final del recorrido hace notar su tanicidad y astringencia. En nariz recuerda a una ciruela y a especias.
Un vino complejo y lleno de matices, quizá tanta expresividad y la intensidad de algunos de ellos resta algo de frescura al conjunto.
Catado el 28 de septiembre de 2018
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