Buen aspecto, algo más pálido que otros Albariños.
Glicérico sólo en la medida justa como para formar fortuitas lágrimas que rápidamente se deshacen dejando la copa salpicada de multitud de gotas.
En nariz es muy frutal; peras en almíbar, notas tropicales, pinceladas lácteas y flores blancas sobre fondo de piel cítrica.
En boca es de tacto suave y untuoso, de densidad aligerada, sabor rico e intenso, jugoso y frutal, con potente posgusto de fruta y eno. Una acidez contenida y bastante bien domada lo arman de frescura y atractivo.
Catado el 12 de noviembre de 2017
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