En nariz encontramos mantequilla fresca, compota, membrillo,notas herbáceas, flores infusionadas, atisbos de almendra cruda y fondo de piel de cítrico.
En boca está muy rico, jugoso y con cierta densidad, amplio y frutal, con la acidez contenida y bien estructurado.
En el postgusto reaparecen esas notas herbáceas y las flores infusionadas.
Nos ha recordado mucho a algunos blancos fermentados en barrica a los que tenemos cierta devoción.
Es un vino que merece una buena mesa; suave, fresco y muy rico de principio a fin. Nos ha encantado y es muy recomendable.
Catado el 11 de febrero de 2018
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