De rojo picota oscuro, ribetes castaños y buena lágrima.
En nariz encontramos fruta roja madura, cedro, cacao, notas ahumadas, hojarasca y un leve punto de alcohol.
En boca es de paso contundente, vivo y muy expresivo, de sabor intenso con leves matices anisados y especias entorno a un centro de fruta muy madura. Sus taninos marcados te recuerdan que en su mayor parte (un 75%) es monastrell y esta variedad suele dar mucha intensidad en boca algo difícil de equilibrar.
Su acidez aligera la sensación de densidad a la vez que aporta frescura y garra.
Retorna su sabor tras un largo recorrido en boca con notas de cereza, anís y tomillo mientras se elevan hacia la nariz especias de corte mentolado y balsámico. Destaca por su intensidad en boca de principio a fin para bien y para mal. Un tinto con carácter y personalidad y eso, cada vez nos gusta más.
Catado el 21 de octubre de 2018
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