Buen aspecto, limpio, brillante y glicérico.
En nariz se percibe complejo pero armonioso y rico en pequeños matices. Así nos encontramos con un centro de fruta de hueso y fruta blanca, sutiles notas de café torrefacto, pasas rubias, bollería, talco, limón y cierto adorno floral.
De suave paso engalanado por una buena acidez y recorrido algo vertical, lo que le resta amplitud.
De rico sabor, con notas silvestres, flores marchitas y fruta compotada.
Tras su paso ascienden notas herbáceas, tonos tostados, piel de limón y regaliz Zara.
El acento puesto en ese fondo herbáceo resta algo de atractivo con respecto a añadas anteriores donde mostraba un deje más frutal aunque no deja de ser un buen vino de esos que intentamos catar todos los años.
Catado el 9 de agosto de 2019
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