Amarillo pajizo con ribetes acerados y formando lágrima.
En nariz encontramos un frente de fruta compotada, notas tropicales, recuerdos de caramelo tostado, limón y heno.
En boca es de tacto sedoso y delicado. Musculoso y frutal, ligero y algo untuoso. En su sabor recrea recuerdos de yogur de macedonia con cierto encaje de piel cítrica.
Rico, fresco y ligero. Acostumbrado a catar albariños de Rías Baixas nos resulta algo más pobre en matices e intensidad si bien, son variedades distinas.
Catado el 2 de mayo de 2020
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