De color rosa palo, fruta de hueso y cáscara de cítrico en nariz, con menos empalagoseo que muchos de los que circulan ahora. En boca es muy fresco y jovial, de sabor intenso y goloso, potenciado por una acidez notable que le suma y se agradece, se crece en el trago.
Al cabo de un par de copas el aroma no ha cambiado, algo que valoramos en un vino que nace de nuevo cada año y que pone de manifiesto su calidad.
Posgusto cítrico con alguna nota anisada, devuelve la fruta de hueso a la sombra de una calidez deliciosa.
Muy rico y recomendable.
Catado el 26 de mayo de 2017
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