Sin duda una oloroso excepcional que os recomiendo encarecidamente. Se nos quedó pegada una de las botellas cuando, el año pasado fuimos a conocer la bodega de Williams & Humbert.
A la vista es de color castaño claro, limpio y brillante, menos denso que otros de su misma categoría y vejez a juzgar por la fugacidad de sus lágrimas
De nariz sumamente expresiva, punzante, con buena intensidad; regala aromas de caramelo, naranja amarga, melón maduro, bombón de licor, resina de pino y tiza al fondo entre otros.
En boca llama la atención su frescura y ligereza, al igual que en su apariencia, no hace gala de la densidad que solemos encontrar en estos vinazos aunque ello para nada repercute en el resto de cualidades organolépticas que son realmente excepcionales.
Se aleja de las sensaciones de sequedad y austeridad que dejan otros, en cambio es de un sabor muy refinado y sigue manteniendo cierta frutosidad y aparente dulzor a pesar de su vejez. Cierta acidez refuerza su estructura y aligera un conjunto que resulta bastante fresco.
Como es de esperar, un puñado de frutos secos, naranja amarga y notas avainilladas se amontonan al final de su recorrido y se eternizan en tu boca dejando el mejor de los recuerdos.
Catado el día 2 de diciembre de 2018
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