Pensar en Trebujena es sinónimo de pensar en la gran despensa del mosto, allí donde realmente nacen los grandes jereces y manzanillas. En una tierra tan unida al vino generoso sólo algunos emprendedores y soñadores serían capaces de apostar por las uvas tintas. Soñador y emprendedor serían buenos calificativos para este viticultor que, en vez de sumar años ya ha empezado a sumar añadas y se supera en cada una de ellas.
Este de hoy, es plurivarietal con un coupage de tempranillo, syrah, merlot y cabernet sauvignon; ha fermentado en depósito para luego hacer una crianza de tres meses en barrica de roble francés y americano.
A la vista presenta un que color anda entre picota oscuro y castaño; de capa alta, muy brillante y densidad en el movimiento. Forma lágrimas muy finas y estilizadas que caen lentas y torpemente.
Buen aspecto que delata juventud y vivacidad.
En nariz se presenta goloso y complejo. Con intensidad moderada y en distintos momentos, se perciben aromas de fruta roja madura, confitura de ciruelas, hojas de tabaco y tinta; posteriormente despacha sutiles notas de tostados, toffe y señales terrosas de hongos.
Al tacto, en boca se deshace literalmente como el chocolate, con suma suavidad y estimulando rápidamente la salivación, cubriendo por completo el mapa lingual, lo que incluye cierto punto salobre que le aporta aún más complejidad. Suculento y de complexión carnoso con buena acidez sumando frescura y taninos presentes propios de su juventud pero, todo en armonía y equilibrio; con muy buena estructura.
De sabor frutoso, deja una estela de la que resurgen fortuitamente notas de golosinas de moras y bombón de licor.
No plantea señales de astringencia al final de su recorrido por el contrario, da sensación de calma y de tristeza por lo poco que dura la botella.
Realmente bueno y todo un privilegio poder catar botellas de las que hay tan poca producción (500 botellas), algo realmente exclusivo y riquísimo.
Catado el 31 de diciembre de 2018
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