Uno de Cádiz,
Monovarietal de Merlot hecho en Villamartín, en el Parque de los Alcornocales. Hoy día que se exprime al máximo las posibilidades organolépticas de los vinos y se exprime al máximo el potencial aromático de cada variedad (de unas más que de otras), gusta encontrar vinos que engañan a los sentidos. Vinos que crean las expectativas contrarias a la mayoría, vinos que no te enamoran la nariz y te cautivan la boca. Pues, he aquí un ejemplo.
Catado el 10 de abril de 2015
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