Este vinazo nos lo recomendaron a La cata ciega, en el Puerto de Santa María, lo buscamos y...tristemente se terminó.
Personalmente me ha llamado la atención la untuosidad y la acidez tan persistente. En nariz huele a mantequilla fresca, a cáscara de naranja y pomelo, todo con un fondo de confitura de pera que recuerda a otras sauvignon Blanc que hemos probado antes. Su densidad te hace dudar incluso ya que es muy similar a un blanco fermentado en barrica aunque la nariz delata su frescura y juventud. El posgusto es largo e intenso, muy agradable.
Muy, pero que muy recomendable.
Catado el 14 de diciembre de 2014
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