Este es uno de esos vinos que te ganan para siempre, la primera vez que lo probé con mi hermano fue hace unos 7 años, desde entonces no lo había vuelto a catar pero estaba deseando hacerlo. Hecho está.
En la nariz llama la atención que además de las notas propias de la tempranillo, huele a tierra mojada y en boca, se abre paso ligero y sutilmente llevándote a un posgusto largo y anisado. Nos ha conquistado y seguramente vayamos a por más.
Catado el 5 de diciembre de 2014
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