Marismilla, que así se llama, nos dejó con "las patas colgando" el año pasado en su casa. Fuimos a catar los vinos de Luis Pérez y también lo conocimos a él y nos cautivó. La segunda vez fue un mes después en Jerez peleando con otros muchos y nos llevamos un chasco más que sospechoso. En esta tercera ocasión sale algo mejor parado pero tampoco es lo que nos gusta. Catorce grados y medio, mucha tela no?
Es un rosado, en ellos se espera frescor, "piruleta", fruta fresca, flores blanca o incluso, rosas, anís, violetas,... Y sobretodo un vino ligero. Nací en el Valle del Guadalquivir y os prometo que los vinos alcohólicos de mayo a octubre allí no hay quién se los tome. Puede que en Siberia un rosado de catorce grados y medio triunfe pero aquí... En el sur del sur...
Por lo demás huele bien y tiene un buen paso en boca, un color muy bonito y una etiqueta original pero al final te queda la misma sensación que te queda después de un buen oloroso, solo que de un buen oloroso sí esperamos eso.
Creo que un rosado de aquí debe ser más ligero, gana el vino, gana la bodega, ganamos todos.
Catado el 5 de junio de 2015
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