Éste vino es de esos que habla de la tierra que lo engendró, Aragón en estado puro, si habéis probado antes otros de esta zona os pueden venir a la mente algunos de Calatayud o del Campo de Borja.
A nosotros nos ha recordado al Borssao tres picos y al Atteca, dos vinazos.
En aroma se presenta con una intensidad media pero muy rica en matices. Huele a fresa madura, frutillos del bosque, bollería y como leitmotiv unas notas tostadas de fondo que a ratos se traducen en el café de las 8 de la mañana y a veces en la madera de un lápiz.
En boca es potente y astringente con el tanino propio seguramente transferido por los años que cargan esas benditas cepas viejas.
El paso es delicado y trae rápidamente notas de cereza mezcladas con matices balsámicos entre el posgusto y la retronasal.
Tiene una excelente calidad- precio y es de esos, que por sus grados y su potencia los mismo soporta un entrecot de ternera que un atún a la plancha.
Catado el 16/6/2016
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