Cada vez veo más complicado encontrar Riberas en gamas medias con una buena calidad- precio y, sobretodo que rompa un poco con los moldes a los que parecen estar sujetos desde hace unos años.
Este muestra una nariz impecable, atractiva y embaucadora ; frutillos del bosque, cedro y moca sobre fondo especiado.
En boca es amplio, con cuerpo y carnoso.
El paso es tranquilo y sedoso, elegante.
En el posgusto es prolongado, en él aparecen notas licorosas que recuerdan a la nariz con lo que cierra un círculo dotándolo de calidad y armonía.
Nos ha recordado quizá más a un vino del Valle del Queiles que a un Ribera del Duero con su regaliz penetrante y casi empalagoso.
Nos ha encantado.
Catado el 15/8/2016
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