Con un color castaño evolucionado y poco brillo, este de hoy sorprende en nariz mostrando cierta complejidad. La Merlot y la Syrah han hecho este tandem en el que destacan las notas de cuero y barrica de ahumados, los frutillos del bosque y todo sobre un fondo terroso.
En boca se muestra corpulento y sabroso, con paso calmado. Tiene esa virtud que tienen algunos vinos de detener el tiempo para que hables de él.
En el posgusto guinda y especias (tomillo) seguido de un impactante amargor que se prolonga a la vez que retrotrae en la nariz esas mismas notas.
Ha ido mejorando copa a copa por lo que pienso que habría que haberlo decantado.
Si os da por probarlo os recomiendo que intentéis buscar una añada más reciente.
Catado el 29/8/2016
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