En nariz igual que el cosecha 2019 es una auténtica pasada si bien, su paso por madera ha transferido algunos matices que lo hacen más complejo. También el alcohol se ha concentrado más y, aunque está muy bien integrado, aparece camuflado entre los aromas de su extensa paleta aromática.
Encontramos un centro de bombón de licor, dejando en un plano posterior notas de frutillos del bosque (moras y grosellas), en un tercer plano aparecen algunas especias como clavo y pimienta conviviendo con notas de cuero y finas notas avainilladas. El suelo también se deja ver como un telón de fondo en forma de pinceladas frescas y arcillosas y, una acidez que bien puede recordar a la acidez propia de las moras de zarza.
En boca es corpulento, de paso sedoso y buena amplitud, con taninos suaves y sin apenas marcar astringencia.
En su sabor recrea recuerdos de cerezas y moras, tinta y un entorno silvestre.
Destaca su acidez que contrarresta su densidad y musculatura aportando frescura y algo de ligereza.
Retornan notas de monte bajo con tonos balsámicos que ascienden a la nariz tras su paso.
Presenta un buen final que se perpetúa más de un instante y alarga su calmado recorrido de pura gloria.
Un vino más que redondo, su corpulencia, coloración y grado alcohólico corresponde a lo propio de esta variedad si bien se percibe en él una calidad superior.
Catado el 10 de julio de 2020
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