Nariz mucho más compleja que un cosechero de otras Denominaciones de Origen más clásicas y conocidas, y no solo por la variedad. Ofrece una gran cantidad de matices, algo poco usual y que denota su calidad excepcional, ofreciendo una estructura más propia de un vino de crianza más prolongada.
Muestra intensidad media y ofrece matices diferentes en distintas distancias resultando llamativamente expresivo.
En un entorno que recuerda a eucalipto, encontramos mermelada de ciruela y frutos silvestres, regaliz, tinta, humo, café negro, cerveza, palitos de pipas y cierto punto lácteo.
De sensaciones muy suaves y equilibradas, con unos taninos muy finos. En sus sabor encontramos recuerdos de moras, golosinas y un fondo mentolado.
Se percibe fresco y ligero, con una acidez más propia de los frutos del bosque que de las sensaciones ácidas del suelo que, con recuerdos de cal y albariza se revisten otros tintos elaborados en el marco.
Con cierta musculatura integra el alcohol en un conjunto que se antoja muy goloso y atractivo.
Retornan notas de licor y bombones en un entorno balsámico alargando su sabor y marcando muy levemente sus taninos y astringencia a la vez que ascienden a la nariz .
Sin duda un vinazo, sorprendido una vez más por la habilidad casi innata que tiene el padre de la criatura y el potencial de sus vinos.
Catado el 27 de junio de 2020
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