Aunque se nos ha roto el corcho y aún seguimos buscando las notas florales, este Peonía es todo un estandarte de los vinos de Alejandro Fernández, huele y sabe a vino, algo supercurioso hoy en día. Con respecto a un Dehesa de la Granja normal, aquí hay más rotundidad, más austeridad en aromas, con una intensidad perfectamente proporcional a los 9 años que lleva embotellado. Con un brillo algo velado mantiene una capa cubierta y cerrada que ya de por sí, lo hace original.
Un vino para decantar y dejar pasar las copas viendo como cada una es distinta a la anterior. Hay que decantarlo.
Catado el 16 de marzo de 2016
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