Grosellas, algo de regaliz, pan de higo y notas especiadas que pueden recordar al cardamomo. En boca es algo cálido y le falta equilibrio quedando un posgusto persistente que recuerda a cedro en un fondo balsámico.
Se parece más a un Rioja de crianza corta que a un Ribera del Duero.
Es el típico vino que debe servirse a la temperatura adecuada, si no puede mostrar su lado oscuro.
El crianza de esta bodega es más que recomendable.
Éste para un copeo entre amigos va genial.
Catado el 5 de enero de 2016
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