Con una apariencia más propia de un frasco de perfume que de un rosado nada más verlo te dan ganas de perderte en su interior y poder comprobar si el contenido merece tanto.
La sorpresa es que sí, que está a la altura.
Con un aspecto delicado y un color de piel de cebolla con destellos violáceos (un color muy bonito) se presenta con media intensidad aromática, ofreciendo notas florales, lichi y melón maduro en un plano algo eclipsado por aromas de cítricos.
En boca se muestra con una densidad señalada, vivo y fresco, con sabor frutal y licoroso. Un amargor fugaz muy sutil aparece repentinamente después de cada sorbo y persiste un breve instante en la parte posterior de la lengua. En nariz se retrotraen los aromas frutales.
Fresco, ligero y muy bonito.
Catado el 2 de mayo de 2016
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