Ideal para empezar un buen finde, en él destacan aromas que recuerdan al cedro, algo a regaliz y a tierra mojada con cierto matiz de mineralidad.
En boca es genial, sobretodo maridado, con el queso ( lo hemos probado con chédar maduro) se vuelve sedoso y delicado con un tanino más que integrado en el conjunto, sin apenas asperezas.
El posgusto se reparte a partes iguales entre la fruta de licor y las notas balsámicas.
Muy recomendable
Catado el 5 de febrero de 2015
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