Intenso color castaño con ribetes de rojo óxido, capa medio- alta y lágrimas muy entretenidas, largas, lentas y muy finas. Aspecto poco evolucionado a pesar de ser del 2011. Da la sensación de que hubiera soportado muy dignamente otros diez años más.
En nariz es espectacular, no presenta ningún aroma reductivo y se expresa con limpieza desde el principio hasta el final de la botella.
Nos asalta un frente de fruta muy madura con recuerdos de fresones, ciruelas y moras compartiendo plano con notas terrosas y champiñón. Se recrean en equilibrio rodeados de pinceladas agrestes que recuerdan al laurel y a las higueras, muy presentes en toda la Ribeira Sacra así como a notas de tabaco, suero de yogur y pinceladas mentoladas en un fondo de cardamomo.
Aroma muy complejo, rico, equilibrado, con intensidad bien medida y buenas sensaciones.
En boca se revela sublime, sedoso a su paso pero altivo y muy suculento en su ataque percibiéndose volumen a su paso y mucha frescura.
Su sabor recuerda a cerezas, orejones y fresones maduros. Delicado, integra perfectamente el alcohol y transcurre sin apenas astringencia ni rugosidad. Prolonga el sabor y, en su final se define un rico recuerdo a picotas desapareciendo tan elegantemente como aparece.
Asciende a la retronasal alguna nota balsámica que lo hace aun más delicioso y señorial si cabe. Redondo, muy bien estructurado, puro equilibrio, un delicia.
Un VINAZO con mayúsculas, de esos que encuentras muy de cuando en cuando y te falta llorar cuando se termina la botella.
Catado el 26 de octubre de 2021