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martes, 1 de noviembre de 2016

ARINDO 2015

Cuando naces en el corazón del Valle del Guadalquivir y sufres la dureza de un termómetro que raras veces baja de los 40 grados a partir del mes de Julio, beber vino en esta época se vuelve tan complicado como comerte un helado en Siberia.
Mi padre, hombre más que inteligente y a quien profeso gran devoción, sabiendo que vengo de Cádiz (playa, mar, fresquito,...)
Escoge cada vez con más rigor, los vinos que bebemos con este castigo de calor.
Se deja asesorar muy sabiamente y siempre acierta.
Me ha sacado un par de botellas de este verdejo fresquito y han caído en familia.
Han sabido a Gloria y me alegro mucho por los palmeños porque tienen donde encontrar vinos para cualquier época del año.
Este de hoy, me ha ganado en boca, es tan frutal que parece que en vez de vino te estás tomando un frutopía está Riquísimo, mucha fruta y muy fresca, ideal para los 30 grados que están cayendo ahora mismo (a las 2 de la mañana).


Catado el 5 de julio de 2016


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