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domingo, 6 de noviembre de 2016

LOS AGUILARES 2015

A éste también nos gusta seguirle los pasos y con mucha razón.
Con una nariz muy atractiva y compleja, su evolución en copa va liberando matices de principio a fin.
En primer plano se mezclan la fruta de licor con la fresa madura y pinceladas de ciruela pasa y melocotón, con un fondo espaciado que recuerda a la canela de los dulces de leche y algo a la pimienta.
Llama mucho la atención un aroma tan complejo en un vino sin crianza.
Las notas lácteas que recuerdan al suero de yogur lo asemejan a un maceración carbónica del Bierzo aunque es bastante más complejo.
En boca es amplio y rotundo y refuerza los aromas licorosos y especiados. En las primeras copas se muestra algo tánico pero se va calmando progresivamente.
El posgusto es largo y persistente dejando un buen recuerdo en boca algo cálido. Una cereza golosa aparece en la retronasal redondeando más si cabe, este viaje sensorial.
Volveré a probarlo en unos meses pues pienso que aún va a evolucionar más y mejor en botella.
Es más que recomendable.


Catado el 8 de mayo de 2016




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