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domingo, 6 de noviembre de 2016

Latitud 40- 2013

Os animo a que probéis este vinazo, es de los que probablemente os aprendáis el nombre y, sin duda alguna, os quedaréis con su cara.
No suelo perderme mucho en el análisis visual del vino pero, sin duda alguna es lo primero que llama la atención. Un rojo picota con tonos violáceos y una capa alta que parecen hechos con photoshop. Una lágrima que recuerda más a un oloroso de 30 años que a la de cualquier tinto, cayendo lenta, bien formada, eterna...
Un espectáculo visual digno de cualquier pinacoteca que se precie, bonito no, lo siguiente.
En nariz es bien complejo, con notas espaciadas, la fruta madura al fondo y algo de pan de higo. Llama la atención que sus quince grados estén tan perfectamente integrados y el conjunto resulte tan armonioso.
En boca es otro deleite, brutal diría yo.
Amplio, jugoso, algo abocado y muy muy rico.
Nos hemos quedado con su cara y seguramente nos volvamos a ver.


Catado el 11 de febrero de 2016



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