AIRES DE PROTOS 2017

De bonito color rosa pálido algo asalmonado, con poca coloración.
En nariz en un primer momento ofrece aromas de fruta roja, yogur de macedonia, lichis y algún matiz herbáceos. Un aroma rico, muy atractivo y goloso, con una gran carga frutal.
Al paso de las dos primeras copas el aroma pierde su juventud y su intensidad, se vuelve más desdibujado y menos cautivador . Esa "ruptura del aroma" no afecta a su sabor, el cuál sigue haciendo gala de un derroche de juventud y frescura.
En boca es muy intenso, jugoso y de largo recorrido; se mueve con amplitud y se sostiene en su acidez que le aporta atractivo y garra. Deja en nariz anhelos de macedonia y notas tropicales prolongándose con un rico amargor cítrico.

Atractivo al principio, inquietante y algo decepcionante a mitad de su historia, y reconquistador al final. 

Catado el 25 de Agosto de 2018

ARTAZURI 2017

De un atractivo rosa sandía, brillante y bonito. 
En nariz asaltan infusiones, ciruela amarilla, heno y notas de frutos de huerta. Al fondo enfatiza el conjunto un leve amargor cítrico de piel de limón. Muy joven y expresivo.
En boca se mueve suave y con densidad; de sabor rico, pone en valor notas herbáceas por encima de la fruta con un levísimo punto salobre que le confiere mayor atractivo. Un fondo de piel cítrico sostiene y refuerza su sabor .
En recuerdos de infusiones y heno se desata un postgusto que se ve reafirmado en la retronasal. No se aprecian en él notas cálidas quedando el alcohol perfectamente integrado, algo que se agradece en este tipo de vinos que parecen más apropiados para esta época del año.
Muy rico y alejado del empalagoseo aromático y extremadamente goloso de muchos rosados.
Auténtico, rico, fresco y ligero.

Catado el 24 de agosto de 2018

CATA EN CASA Agosto 2018

Quedamos en casa para cenar con Silvio y Antonio, Pilar y Juan Antonio. La excusa es tomarnos una botella de La Lama 2013 obsequio del amigo Nacho Costoya en una visita inesperada a Cádiz y al que estamos muy agradecidos por habernos dado una excusa perfecta para pasar un buen rato entre amigos.
Se plantean en un principio 3 blancos y un tinto pero... nos venimos arriba y caen dos tintos más y 4 botellas de CAVA.
Los maridajes planteados para los blancos son:

1º vino Tokaji furmint seco

quesos (Camembert, gouda con nueces, queso curado Apolonio), melón, higos, queso payoyo azul para untar.

2º vino Riesling seco

Langostinos al horno sobre ajoblanco de piñones

3º Vino- Plurivarietal portugués

barriga de atún a baja temperatura con Garum y brandy

4º vino- tinto mencía 90%

Lomo de atún herpac con cebolla pochada.

Para los vinos fuera de programa se acompañó de jamón y chicharrones de Medina.


Los vinos cayeron todos por lo que es evidente que estaban buenos jejjje
Quizá el Riesling fue el que más nos sorprendió además de ser el que mejor se casaba con el plato.
De los tintos el ganador por goleada fue La Lama, fresco, rico y elegante donde los haya.
El tinto moldavo era de 2008 y tardó algo en abrirse pero también estuvo a la altura aunque junto al BRI 2011 ( del Montsant) este último tuvo más brillo, expresividad y nivel general.
Terminamos como los Vikingos....  cantando coplas!!!
Y lo mejor como siempre, compartir con buenos amigos que es como los vinos están más buenos.

Cata realizada el 12 de agosto de 2018

FEFIÑANES 1583 2016

Como este año se nos ha resistido la Fiesta del Albariño en Cambados, nos hemos sacado la espinita catando en casa algunos de ellos, entre los cuales este que os presento hoy es realmente imponente.
Esta bodega que, parece que sólo hace vinazos con este ha roto el molde.
Amarillo pajizo de ribetes acerados, brillante y de lágrima lenta y tímida.
Muy expresivo en nariz, derrocha fruta y evocación. Encontramos notas de piña y pera madura, notas de flores blancas que lo perfuman junto a un telón de fondo cítrico que recuerda al pomelo y a cáscara de lima decorado todo con un encaje salino y mineral, sutil y muy refinado.
En boca es impactante, suculento, corpulento de paso muy suave pero con tendencia a ocuparlo todo y expandirse nada más pasar el umbral de la boca. En el sabor pone en valor recuerdos de pomelo y piña en un sabor realmente frutal y jugoso.
El punto salino contrasta con el jugo de la fruta y se refuerza con su acidez una presencia que impacta en boca y literalmente la hace agua.
Postgusto prolongado por la acidez de piel cítrica donde aparecen notas de albaricoque (que hasta ahora no han dado la cara) mientras en nariz se refuerzan esos mismos matices adornados de sutiles notas herbáceas.
Al principio dije que derrocha fruta y evocación y, a nosotros realmente nos ha transportado a las Rías Baixas, al olor de la vegetación del Valle del Salnés cada vez que alguna nube tiene a bien descargar allí su más preciado tesoro, a sus playas cuando baja la marea y perfuman las algas toda la Ría.
Realmente un vino de otro mundo. Un teletransportador al Salnés. Bendita tierra de vinazos!!!!

Catado el 11 de agosto de 2018