Ha sido quizá en nariz donde más notamos estos cambios, las infusiones tan características de años anteriores han quedado relegadas a un segundo plano, en nariz destaca el melocotón, algo de fruta blanca, flores silvestres y notas de limón.
En su evolución si ganan protagonismo las infusiones y la goma de borrar por lo que recuerda más a los anteriores.
Damos por hecho que este vino evoluciona en botella y, por experiencia sabemos que seguramente dará sorpresas en un futuro medio.
En boca es suave, amplio y contundente mostrando sus arista de acidez cítrica de cáscara de naranja que, por sumar al complejo, confiere un punto de amargor justo, rico y prolongado.
Tampoco lo recordábamos tan seco, lo que le resta algo de suavidad y jugosidad con respecto a añadas anteriores.
Pensamos que el tiempo en botella lo hará más redondo aunque sobra decir que está muy rico, como siempre.
Catado el 30 de abril de 2017
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