En boca es goloso y si se calienta un poco resalta la fruta y resulta algo abocado. El tanino se señala demasiado y el posgusto es amargo y astringente, algo que puede ser normal viniendo de cepas de más de 60 años.
Si me tuviera que quedar con una de estas tres garnachas seleccionadas, m quedaría con la Garnacha Olvidada de Aragón.
Catado el 7 de mayo de 2016


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