De un amarillo brillante, si algo llama la atención favorablemente de este cava es que desde la primera a la última copa ha mantenido abundante burbuja, formando rosario y corona.
En nariz se crecen los aromas propios de la crianza y de los 36 meses de contacto con sus propias lías.
En boca el carbónico del principio pierde algo de abundancia a favor del conjunto, se doma y se vuelve más sutil y suave.
En boca recuerda a infusiones y frutos secos.
Catado el 17 de diciembre de 2016
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